ROMINA GARBARINO
En uno de lo que será los últimos encuentros de este Ciclo de Entrevistas a Artistas de nuestra comunidad, tengo el agrado de presentarles a Romina Garbarino, nacida en la provincia de Buenos Aires, en San Nicolás, radicada hace veinte años en Córdoba, en la ciudad de Villa Allende. Maquilladora y Estilista de profesión, y Artista Plástica autodidacta. Los invito a conocer su obra, tan particular como disruptiva, pero que nos cautiva con su gran impacto visual.
¿Cómo llegaste al arte?
Toda la vida estuve relacionada al arte, desde mi escuela primaria y secundaria, ya que fui a una escuela con orientación en música y arte. Tenía mucho que ver lo cultural del mundo entero, porque además al nacer en una ciudad chica donde se acostumbra a que hagas actividades más allá del colegio, una de esas actividades que hice fue dibujo y pintura durante muchos años, y piano, soy profesora de piano. Mi papá artista también, cantante de tango, y mi mamá muy relacionada a lo cultural siempre nos inculcó la cultura, y eso va mucho de la mano del arte. Desde siempre estuvimos participando en actividades que estaban relacionadas con el arte, como exposiciones, conciertos, y demás.
Comencé a producir lo que decidí hacer, hace no mas de un año y medio aproximadamente. Todo comenzó con la pandemia, tenía una escuela de maquillaje con un montón de alumnas y tuve que cerrar la escuela. Me encontré con un tiempo en casa, y no le suelo encontrar el confort a la zona de confort, entonces decidí comenzar con esta técnica que la había visto en alguna oportunidad y que sabía que llevaba mucho tiempo. Entonces con lo que tenía en casa decidí comenzar a probar si me gustaba la técnica, incluso no sabia cómo hacer ciertas cosas, pero como soy una persona que le gusta leer mucho, empecé a involucrarme en esto que cada día es más lindo y mejor.
“Art Factory es un lugar alucinante que te atrapa
y te invita a volver…”
Y actualmente ¿con qué disciplina te sentís identificada o con qué técnica representas a tu obra? Y en cuanto a mensaje a tu obra, ¿Qué es lo que intentas de manera expresiva comunicar con tus producciones?
Es una técnica que incluye dibujar, pintar, y sobre eso coloco piedras, si bien tienen mucho color, esa es la idea, de que generen mucho impacto. La técnica consiste en colocarle elementos como pedrería, pueden facetadas, vidrio, perlas, mostacillas, canutillos, etcétera, y de esa manera queda completa la obra. Casi todo el cuadro queda cubierto con piedras, es una técnica mixta.
Mis obras hablan de que una obra de arte se debe disfrutar, no solamente desde lo visual, sino desde el tacto. Me encanta que toquen mis obras, al contrario de cualquier artista, quisiera que lo haga todo el mundo. Aunque eso signifique que la piedra mas chiquitita pueda salirse, no importa, nunca se va a salir el fondo del cuadro, lo que se pueda llegar a caer es lo que sobra. Yo le digo otoño, cuando una hoja no tiene que estar donde está y cae, bueno, esto es como un efecto otoño.
¿En qué estás trabajando actualmente?
Actualmente estoy produciendo obras con fondo negro, porque todo lo que brilla usando fondo negro da la sensación de que brilla aún más. Tengo una atracción al dorado, todo va por ese lado. Por ejemplo, estoy trabajando con la imagen de una calavera, con fondo negro y la intervengo con mucho dorado, utilizando eslabones de cadena, metal, combinándolas con piedras.
“Llegar a esa galería donde todo está bien y donde no te corrigen, porque corregir es poner límites, eso está bueno, porque en el arte lo que menos necesitamos son límites, al contrario.”
¿Cómo diste con Art Factory? Contame un poco de tu experiencia.
Con Andrea nos seguíamos sin conocernos, y un día recibo un llamado de la odontóloga de mi hijo quién me preguntó si podía dar mi teléfono a alguien que estaba preguntando por mí. Me dijo quién era y nos conocimos a los poquitos días cuando fui a la galería. Art Factory es un lugar alucinante que te atrapa y te invita a volver, además con Andrea somos muy parecidas, y es una persona muy dada, muy cálida, nos llevamos muy bien y ojalá nunca nos dejemos de ver. Ella hace un arte muy parecido al mío, cada una tiene su estilo, pero nos admiramos mutuamente.
Después del encuentro, me propuso exponer en la galería, y como hace poco que estoy produciendo nunca había expuesto en ningún lugar, asique bueno, yo me sentía enorme, muy orgullosa de mí misma, y aún más porque le encanto lo que yo hacia y ya hace cuatro meses que estoy exponiendo con ustedes. Mi experiencia es positiva al cien por ciento, me encanta ir, incluso iría mucho más. Lo que me pasa con Andrea es que no se guarda nada, y que la persona te acompañe es muy valioso, además realmente te dice las cosas, con mucho respeto y mucho amor. Es una persona de luz y la galería habla mucho de ella. Por lo visto algo bueno esta haciendo.
¿Cuál es tu mensaje para los lectores, tanto artistas como público en general?
Primero y principal, decir que el arte cura, sana, alegra. No lo sabía y me genero pura satisfacción hasta ahora. Llegar a esa galería donde todo está bien y donde no te corrigen, porque corregir es poner límites, eso está bueno, porque en el arte lo que menos necesitamos son límites, al contrario. Yo les agradezco mucho a las dos, por haberme llevado a llegar ahí. Uno va atrayendo a las personas, asique quien tenga dudas en arrancar, por el tiempo, la plata, o lo que sea, les digo que se puede empezar a dibujar en un papel. Arrancas y te juro que una vez que generas y activas tu creatividad no podes para nunca más.
La importancia de poder descubrir la pasión por el arte, compartirla y crecer con ella, es el punto de reflexión que me deja Romina. Nos sorprende gratamente que un espacio como Art Factory atraiga tanto talento y a artistas como ella, de mutua admiración y colaboración. Quienes pudieron acercarse descubren lo que todos nosotros pretendemos como comunidad: acompañar los procesos creativos, apoyar al arte emergente y fomentar el crecimiento tanto individual como colectivo de quienes hacemos y vivimos este espacio.
Entrevistada: Romina Garbarino, Artista Plástica.